Dicen que un periquito en su sano juicio debería vivir unos veinte años, cosa que a mi me parece una barbaridad para algo tan pequeño y tan delicado. Las primeras apuestas hace un año largo no daban a los pajaricos más de 1 mes de vida, cosa tampoco creo que sea para ponerse medallas también me diré, y hasta ayer noche llegamos.
Tras mucho quejarme, tras mucho despertarme para cerrar puertas, cambiarlos de sitio, subirlos, bajarlos, siempre quejándome eso sí, pero siempre cuidándolos (salvo aquella vez que me los encontré quemando alpiste en el balcón o aquella otra en fase de deshidratación, y....), tras mucho renegar de sus molestos ruiditos mañaneros mientras me acompañaban con el café y tras mucho restaurar la jaula de sus cagaditas góticas, ayer nos quedamos sin uno de ellos y la verdad es que da pena, aunque no me reconozca diciéndolo. La máquina de cagar y hacer ruiditos azul se ha ido al cielo de los pájaros azules, donde por falta de sitio descansan también otros seres increibles como el acebo "Marcelo", el olivo "Pascual", el hamster "Tito" o el tulipán "Froilan" (por no hablar de mi perro Gos, pero este está en otro lado)
Hoy toca despedirse del pájaro de las alas azules como debe ser, con su funeral y sus honores y para mi Requiem es sinónimo de Mozart, y Requiem es sinónimo de coche y viajes Donosti- Pamplona - Donosti. Puede resultar un poco extraño, lo sé, pero para el que ha viajado por aquel infierno llamado Azpiroz hace años y durante años, la cosa cuadra.
Y según escribo esto pienso en que las cosas más delicadas son las que más duran porque quizás es cierto que son las que más se cuidan. Pues eso.
pd:tiene cojones que en el post de hace unos días cuelgue una foto del pájaro del que estoy ahora hablando, no voy a darle demasiads vueltas al asunto...eso sí, igual mejor me limito a colgar fotos de cosas durante un tiempo hasta que contrate a un buen santero que me haga un buen vudú gordo, grande ahí en el blog este, que tú tengas.
Tras mucho quejarme, tras mucho despertarme para cerrar puertas, cambiarlos de sitio, subirlos, bajarlos, siempre quejándome eso sí, pero siempre cuidándolos (salvo aquella vez que me los encontré quemando alpiste en el balcón o aquella otra en fase de deshidratación, y....), tras mucho renegar de sus molestos ruiditos mañaneros mientras me acompañaban con el café y tras mucho restaurar la jaula de sus cagaditas góticas, ayer nos quedamos sin uno de ellos y la verdad es que da pena, aunque no me reconozca diciéndolo. La máquina de cagar y hacer ruiditos azul se ha ido al cielo de los pájaros azules, donde por falta de sitio descansan también otros seres increibles como el acebo "Marcelo", el olivo "Pascual", el hamster "Tito" o el tulipán "Froilan" (por no hablar de mi perro Gos, pero este está en otro lado)
Hoy toca despedirse del pájaro de las alas azules como debe ser, con su funeral y sus honores y para mi Requiem es sinónimo de Mozart, y Requiem es sinónimo de coche y viajes Donosti- Pamplona - Donosti. Puede resultar un poco extraño, lo sé, pero para el que ha viajado por aquel infierno llamado Azpiroz hace años y durante años, la cosa cuadra.
Y según escribo esto pienso en que las cosas más delicadas son las que más duran porque quizás es cierto que son las que más se cuidan. Pues eso.
pd:tiene cojones que en el post de hace unos días cuelgue una foto del pájaro del que estoy ahora hablando, no voy a darle demasiads vueltas al asunto...eso sí, igual mejor me limito a colgar fotos de cosas durante un tiempo hasta que contrate a un buen santero que me haga un buen vudú gordo, grande ahí en el blog este, que tú tengas.
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